La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo soltó una declaración que no sorprende a nadie: México seguirá lamiendo las botas de Estados Unidos. Desde Baja California, en el arranque de la construcción de 50 mil viviendas, aseguró que su gobierno busca mantener una relación de “amistad y coordinación” con el vecino del norte, pero claro, siempre bajo el yugo del respeto a la soberanía nacional.
No faltaron las palabras bonitas. Sheinbaum insistió en que esta relación se basa en cinco principios que suenan a discurso ensayado: responsabilidad compartida, confianza mutua, respeto a la soberanía, cooperación sin subordinación y, por supuesto, respeto a México. Todo esto lo dijo tras reunirse con Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional de EE.UU., con quien trató temas de seguridad, aunque no especificó qué tan profundo fue el asunto.
En su intento por sonar firme, destacó que no quieren aranceles ni cobros por exportaciones a EE.UU., porque “nuestras economías están muy integradas”. Una obviedad que parece más un ruego que una negociación entre iguales. Mientras tanto, el programa de viviendas sigue siendo el telón de fondo para estas promesas grandilocuentes.
Y para rematar, anunció que el lunes firmará un decreto para congelar deudas impagables del Fovissste. ¿Coincidencia que lo mencione justo cuando habla de amistad con EE.UU.? Todo parece un juego de malabares para quedar bien con todos, mientras la realidad sigue su curso sin cambios de fondo.

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Vamos a seguir trabajando para que prevalezca la relación de amistad y coordinación con EE.UU.: Sheinbaum
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