La presidenta Claudia Sheinbaum no pierde oportunidad para vender su controvertida reforma judicial. Este domingo, desde Bavispe, Sonora, volvió a presumir la elección de jueces que arrancará campañas el 30 de marzo, asegurando que hará a México “el país más democrático del mundo”. Todo, mientras el INE le prohíbe a funcionarios meterse en el tema, algo que ella dice desconocer oficialmente.
En su discurso, Sheinbaum lanzó un dardo envenenado al pasado: “Los otros eran bien corruptos”, dijo, justificando esta elección popular del Poder Judicial como un golpe a la corrupción. Según ella, el pueblo elegirá a los tres poderes —Ejecutivo, Legislativo y Judicial—, algo que, asegura, ningún otro país hace. Un mensaje que suena a propaganda pura de Morena.
El evento, enmarcado en la supervisión de una carretera, sirvió de escenario para que la presidenta insistiera en que este proceso, que culminará el 1 de junio, es un triunfo de la democracia. Sin embargo, la oposición y críticos ven en esto un intento descarado de concentrar más poder en manos del gobierno federal.
Mientras Sheinbaum sigue su gira, el INE ya marcó la línea: nada de promoción desde el gobierno. Pero ella, fiel a su estilo, hace oídos sordos y sigue adelante con su narrativa sensacionalista, pintando un México ideal que muchos dudan que llegue con estas reformas.