La primera comunión de los hijos de Sergio Gutiérrez Luna, presidente de la Cámara de Diputados, se convirtió en algo más que una celebración religiosa. El evento, realizado el sábado 29 de marzo en el lujoso rancho del diputado morenista Pedro Haces, reunió a figuras clave de la autodenominada Cuarta Transformación (4T), dejando en evidencia cómo los eventos privados se transforman en reuniones políticas.
Gutiérrez Luna, fiel alfil de Morena, aprovechó la ocasión para tejer alianzas y fortalecer su posición dentro del partido. El rancho de Haces, conocido por su ostentación, sirvió de escenario para que diputados, senadores y otros personajes ligados al oficialismo se congregaran, mezclando lo sagrado con lo político sin pudor alguno.
Pedro Haces, líder sindical y coordinador operativo de Morena en la Cámara, no escatimó en detalles para agasajar a los asistentes. Lo que empezó como un acto familiar derivó en una muestra de poderío político, donde los intereses de la 4T se impusieron sobre el significado original de la ceremonia.
La presencia de legisladores y funcionarios de alto nivel en este “cónclave” evidencia cómo las élites de Morena usan cualquier pretexto para consolidar su influencia. Mientras el país enfrenta crisis, estos líderes prefieren el lujo y las negociaciones a puerta cerrada antes que atender las demandas ciudadanas.
Criticos señalan que este tipo de eventos refleja la desconexión de la clase gobernante con la realidad nacional. La opulencia del rancho de Haces contrasta con el discurso de austeridad que pregona la 4T, dejando al descubierto las contradicciones de un movimiento que dice defender al pueblo.
El evento no pasó desapercibido en redes sociales, donde usuarios cuestionaron el uso de una celebración religiosa como plataforma política. La primera comunión, un rito tradicionalmente íntimo, se transformó en un escaparate de ambiciones y lealtades dentro del oficialismo.