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Despiden masivamente a la mayoría de los empleados del Instituto de la Paz de Estados Unidos

El viernes por la noche, el Instituto de la Paz de Estados Unidos (USIP), un organismo financiado por el Congreso, despidió a casi todos sus empleados de manera masiva, según informó la agencia AP. Este drástico recorte, que afecta a entre 200 y 300 trabajadores, se llevó a cabo bajo la dirección del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), liderado por Elon Musk, como parte de las políticas de la administración de Donald Trump.
Los despidos se notificaron mediante correos electrónicos enviados a cuentas personales, ya que la mayoría de los empleados había perdido acceso a los sistemas internos del instituto. Las notificaciones comenzaron a circular alrededor de las 9 de la noche, dejando a cientos de trabajadores sin empleo de forma inmediata y generando incertidumbre sobre el futuro de la organización.
El USIP, creado para prevenir y resolver conflictos internacionales, quedó reducido a un pequeño grupo de personal, principalmente vicepresidentes regionales y algunos empleados de recursos humanos. Estos últimos tienen hasta el 9 de abril para coordinar el regreso de trabajadores en el extranjero a Estados Unidos, aunque se espera que también sean despedidos eventualmente.
Esta medida responde a una orden ejecutiva emitida por Trump en febrero, que ordenó el cierre del instituto y otras tres agencias federales. La decisión ha sido criticada por exempleados como Mary Glantz, quien destacó el rol único del USIP en la resolución de conflictos y su aporte a la seguridad nacional, afirmando que su trabajo evitaba que soldados estadounidenses tuvieran que intervenir en guerras.
El proceso no estuvo exento de tensiones. Hace semanas, empleados bloquearon el acceso de representantes del DOGE a la sede del instituto en Washington, lo que requirió intervención policial. Aunque se presentó una demanda, la jueza federal Beryl Howell no revirtió los despidos ni reinstaló a la junta directiva, que también fue destituida.
Este recorte se enmarca en una estrategia más amplia de la administración Trump para reducir el tamaño del gobierno federal, una iniciativa impulsada junto a Musk. Sin embargo, la abrupta disolución del USIP ha levantado cuestionamientos sobre sus implicaciones en la política exterior estadounidense y la estabilidad global.

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