El arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González, lanzó una fuerte advertencia sobre la escalada de violencia en Guerrero. En una declaración que sacude a la opinión pública, señaló que el crimen organizado ha transformado regiones completas en auténticos campos de batalla, dejando a la población atrapada en una ola de inseguridad sin control.
Durante la misa del Domingo de Ramos en la Catedral de Nuestra Señora de la Soledad, el prelado no se guardó nada. Denunció que la presencia de grupos criminales ha desbordado cualquier intento de contención, mientras las autoridades parecen incapaces de frenar esta crisis. Sus palabras pintan un panorama desolador que muchos viven a diario.
González González fue claro al criticar la falta de acción efectiva. Dijo que no basta con buenas intenciones y llamó a enfrentar de una vez por todas esta amenaza que destroza comunidades. La violencia, afirmó, no solo cobra vidas, sino que siembra miedo y desesperanza en cada rincón de la entidad.
El mensaje del arzobispo resuena como un grito de alerta en un estado donde los asesinatos, extorsiones y enfrent efrentamientos son el pan de cada día. Guerrero, según sus palabras, está en una guerra no declarada que el gobierno no logra contener.
La Iglesia, aseguró, seguirá alzando la voz y acompañando a las víctimas, pero insistió en que la solución requiere un esfuerzo conjunto que trascienda discursos vacíos. Su llamado pone el dedo en la llaga: la inseguridad no da tregua y la paz parece cada vez más lejana en estas zonas de guerra.

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Arzobispo de Acapulco advierte que el crimen organizado ha convertido regiones enteras en zonas de guerra
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