La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha lanzado un llamado claro y directo a la comunidad internacional para que brinde apoyo inmediato a Myanmar, un país golpeado por un devastador terremoto de magnitud 7.7 que ha dejado un saldo trágico hasta el momento.
El sismo, ocurrido el viernes en la región centro-norte del país, ha cobrado la vida de al menos 1,644 personas, dejando además 3,408 heridos y 139 desaparecidos, según las cifras oficiales reportadas por la junta militar birmana este sábado a través de la televisión estatal.
Marcoluigi Corsi, coordinador humanitario de la ONU para Myanmar, destacó que el desastre agrava una situación ya crítica en el país, donde los conflictos persistentes y los desastres naturales han debilitado las condiciones humanitarias de millones de personas.
La ONU y sus aliados están movilizando recursos para llegar a las comunidades afectadas, sin importar su ubicación, pero la magnitud de la crisis requiere una respuesta global más amplia y coordinada, según afirmó Corsi en un comunicado oficial.
Como medida inicial, la organización aprobó el viernes una partida de cinco millones de dólares para respaldar las labores humanitarias en la zona, aunque insiste en que se necesitan donaciones adicionales para enfrentar las necesidades crecientes.
El terremoto, con epicentro entre las ciudades de Sagaing y Mandalay, se registró a solo 10 kilómetros de profundidad, lo que intensificó su impacto destructivo en una nación que ya enfrenta desafíos políticos y sociales de gran escala desde el golpe de Estado de 2021.
Este pedido de ayuda busca garantizar que los esfuerzos de rescate y apoyo lleguen a tiempo a una población devastada, en un momento en que Myanmar atraviesa una de las peores emergencias de su historia reciente.