Un grupo de mujeres tomó las calles de la Ciudad de México para protestar contra el diputado de Morena, Cuauhtémoc Blanco, acusado de tentativa de violación por su media hermana. La manifestación, cargada de indignación, arrancó en la Glorieta de las Mujeres que Luchan y avanzó hasta el Zócalo capitalino, dejando claro el rechazo a la protección que el exfutbolista ha recibido de su partido.
La marcha, convocada por colectivos feministas, puso el foco en la decisión de la Cámara de Diputados de desechar la solicitud de desafuero contra Blanco. Con 291 votos a favor, muchos de ellos de Morena, se le mantuvo el fuero, lo que desató furia entre las manifestantes, quienes ven esto como un nuevo golpe a la justicia para las mujeres en México.
Portando pancartas con mensajes como “Ningún agresor al poder”, las participantes señalaron la hipocresía de un partido que dice defender a las mujeres, pero blinda a uno de los suyos. La consigna “No llegamos todas” resonó fuerte, criticando el respaldo que legisladoras morenistas dieron al diputado, gritándole “¡No estás solo!” en plena sesión.
El caso de Blanco, quien niega las acusaciones, expone otra vez las fallas del sistema para proteger a las víctimas y castigar a los poderosos. Las manifestantes exigieron que se le retire el fuero y enfrente un juicio justo, dejando en evidencia el pacto patriarcal que, según ellas, sigue reinando en la política mexicana.
Mientras el gobierno de Claudia Sheinbaum guarda silencio, la protesta reavivó el debate sobre la impunidad y la falta de compromiso real con las mujeres. La marcha no solo fue un grito contra Blanco, sino contra un sistema que, una vez más, parece priorizar el poder sobre la justicia.