La presidenta Claudia Sheinbaum sigue jugando a las negociaciones con Estados Unidos, ahora desde Baja California, donde afirmó que su gobierno está en pláticas para evitar los aranceles que Trump amenaza con imponer el 2 de abril. Con su clásica postura de “frente en alto”, insiste en que México no se doblegará, pero ¿hasta dónde llegarán sus promesas?
En un evento en Playas de Rosarito, Sheinbaum soltó que no quiere que se cobre por las exportaciones mexicanas, destacando que las economías de ambos países están demasiado entrelazadas. Según ella, un arancel afectaría empleos y empresas de los dos lados de la frontera, pero el tiempo corre y las soluciones concretas brillan por su ausencia.
La mandataria aprovechó para presumir una reunión con Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional de EU, donde tocaron temas de migración y seguridad. Aunque dijo que fue “provechosa”, no hubo mención de avances comerciales, justo cuando la amenaza de aranceles del 25% sigue sobre la mesa.
Sheinbaum también lanzó sus cinco principios de política exterior: responsabilidad compartida, confianza mutua, respeto a la soberanía, cooperación sin subordinación y respeto a México. Palabras bonitas, pero mientras Trump afila sus medidas proteccionistas, la pregunta es si esto será suficiente para evitar el golpe económico que se avecina.