Más de 100 personas se reunieron en San José de Mendoza, Salamanca, para clamar por un alto a la violencia que azota la región. La marcha, encabezada por el obispo Enrique Díaz Díaz de la Diócesis de Irapuato, se realizó tras el brutal ataque del 16 de marzo que dejó ocho jóvenes muertos.
El recorrido comenzó a las 10 de la mañana desde la cancha donde ocurrió la tragedia. Vestidos de blanco y con globos del mismo color, los habitantes de Mendoza y comunidades cercanas exigieron paz y justicia en medio de un ambiente de luto y temor.
Familiares y amigos de las víctimas crearon un altar con fotos y pertenencias de los fallecidos, justo en el lugar donde perdieron la vida. El dolor sigue presente en esta pequeña comunidad de 2,500 habitantes, marcada por la inseguridad que no da tregua.
El obispo Díaz Díaz hizo un llamado a evitar la ira y fomentar la indignación cristiana frente a la violencia. Sus palabras resonaron entre los asistentes, quienes buscan recuperar la tranquilidad perdida tras el ataque armado.
La marcha culminó con una hora santa y una eucaristía en el templo local. Este acto refleja el hartazgo de una población que vive bajo la sombra de la delincuencia, mientras las autoridades parecen no encontrar soluciones efectivas.
La masacre ha puesto en evidencia el creciente problema de seguridad en Salamanca. A pesar de los refuerzos prometidos por el gobierno municipal y federal, la comunidad sigue esperando resultados concretos para frenar la ola de violencia.

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Marchan por la paz en San José de Mendoza en Salamanca tras la masacre
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