Katrina Armstrong, presidenta interina de la Universidad de Columbia en Nueva York, renunció este viernes en medio de una situación tensa para la institución. Su salida ocurre tras las amenazas del presidente Donald Trump de suspender 400 millones de dólares en fondos federales, un golpe que puso en jaque a esta prestigiosa universidad de la Ivy League.
El Consejo de Administración de Columbia anunció que Armstrong retomará su rol al frente del Centro Médico Irving de la universidad. En un comunicado, destacaron que asumió el cargo en un momento de incertidumbre y trabajó sin descanso por la comunidad educativa, pero las presiones externas parecen haber influido en su decisión.
La renuncia llega después de que la universidad cediera a las exigencias de Trump para recuperar la financiación, perdida a inicios de mes por supuestas tolerancias al antisemitismo. Entre las medidas aceptadas están la contratación de agentes de seguridad con poder para expulsar o detener estudiantes y la prohibición de mascarillas en el campus.
Este cambio se da en un contexto de tensiones con estudiantes propalestinos, especialmente tras la detención de Mahmoud Khalil, líder de protestas pasadas, quien permanece en un centro migratorio en Luisiana. El gobierno de Trump lo acusa de vínculos con Hamás, aunque no hay pruebas concluyentes.
Claire Shipman, copresidenta del Consejo de Administración, asumirá como nueva presidenta interina. Shipman, periodista y graduada de Columbia, prometió implementar reformas, proteger a los estudiantes y defender la libertad académica en este nuevo capítulo para la universidad.