La violencia y el narcotráfico no dan tregua en México. En un operativo en altamar, la Secretaría de Marina, junto con la Defensa Nacional, la Fiscalía General y la Guardia Nacional, detuvo a cinco personas al suroeste de Acapulco, Guerrero, con un cargamento que pone los pelos de punta.
El decomiso ocurrió a 206 millas náuticas de la costa, equivalente a unos 381.5 kilómetros. Los detenidos viajaban en una embarcación que llevaba 1,800 kilogramos de lo que parece ser cocaína, además de 1,100 litros de combustible. Un golpe al crimen, sí, pero también una señal de lo lejos que sigue llegando el narco.
Las autoridades informaron que todo comenzó con patrullajes marítimos de rutina. Al detectar la embarcación sospechosa, las fuerzas federales actuaron rápido para interceptarla. Los cinco tripulantes no pudieron escapar y ahora enfrentan la justicia, mientras el cargamento fue confiscado.
Pero esto no es un caso aislado. La zona de Acapulco ha sido un punto caliente para el tráfico de drogas, y operativos como este muestran que el problema está fuera de control. ¿Dónde está la estrategia del gobierno para frenar esta ola de inseguridad que azota al país?
La droga y el combustible asegurados ya están en manos del Ministerio Público, que definirá el destino legal de los detenidos. Mientras tanto, la ciudadanía se pregunta cuánto más tiene que empeorar la situación antes de ver resultados reales contra el crimen organizado.