El Papa Francisco, aún recuperándose en el Vaticano tras una larga hospitalización, ha elevado oraciones por las víctimas del devastador terremoto que sacudió Myanmar y Tailandia. Desde su residencia en Santa Marta, donde sigue un estricto reposo médico, el pontífice fue informado del sismo de magnitud 7.7 que dejó muerte y destrucción en el sudeste asiático.
A pesar de su frágil estado de salud, tras cinco semanas internado por una neumonía doble, Francisco no ha dejado de lado su preocupación por el mundo. El Vaticano informó que el Papa expresó su “profunda tristeza” por las pérdidas humanas y los daños causados, enviando un telegrama firmado por el secretario de Estado, Pietro Parolin.
El mensaje papal asegura su cercanía espiritual a los afectados y ofrece oraciones por los fallecidos, los heridos y los equipos de emergencia que trabajan en la zona. El sismo, ocurrido este viernes, ha generado alarma internacional por su impacto en dos países ya marcados por conflictos y desafíos.
Mientras tanto, el Papa continúa su recuperación con terapia física y respiratoria, dependiendo de oxígeno constante. Aunque su agenda sigue suspendida, su voz se alza para acompañar a quienes sufren, mostrando que su labor trasciende su condición personal.