La secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristi Noem, pisó suelo mexicano este viernes para un encuentro de alto voltaje con la presidenta Claudia Sheinbaum. El motivo: discutir la supuesta “cooperación” en seguridad y migración entre ambos países, aunque las promesas suenan más a discurso que a acción concreta.
Recibida por el canciller Juan Ramón de la Fuente en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, Noem llegó como la primera enviada del gabinete de Donald Trump a México. La reunión en Palacio Nacional incluyó a figuras clave del gobierno federal, como Omar García Harfuch y Rosa Icela Rodríguez, pero las expectativas de resultados reales son escasas.
Sheinbaum insiste en que el encuentro fue “cordial” y que se trató de compartir la estrategia de seguridad de su administración, basada en atender las causas de la violencia y fortalecer la Guardia Nacional. Sin embargo, la violencia no cede, y los 19 homicidios diarios menos que presume suenan a maquillaje frente a una realidad que sigue desangrando al país.
El tema migratorio también estuvo sobre la mesa, con Estados Unidos presionando para que México sea el patio trasero de sus deportaciones. Mientras Noem busca endurecer la frontera, el gobierno de Morena parece más interesado en mantener la fachada de colaboración que en enfrentar el caos que la inseguridad y los flujos migratorios dejan a su paso.
La visita ocurre a días de que entren en vigor los aranceles de Trump el 2 de abril, aunque Sheinbaum jura que no se tocaron esos temas. La pregunta queda en el aire: ¿hasta dónde llegará esta “cooperación” cuando la soberanía mexicana parece negociarse en cada reunión con el vecino del norte?