El gobierno de Donald Trump ha dado un paso firme hacia el desmantelamiento de la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID), notificando al Congreso su intención de cerrar esta entidad antes del 1 de julio de 2025. La medida, anunciada este viernes, busca trasladar algunas funciones al Departamento de Estado y eliminar otras que no se alineen con las prioridades de la administración.
Según el secretario de Estado, Marco Rubio, la USAID se apartó de su misión original de promover los intereses nacionales estadounidenses. En un comunicado, afirmó que la asistencia exterior debe enfocarse en proteger las fronteras y fortalecer alianzas clave, algo que, a su juicio, la agencia no ha logrado de manera eficiente.
La notificación al Congreso detalla que los programas esenciales, como la asistencia humanitaria y ciertas iniciativas de salud global, serán absorbidos por el Departamento de Estado. Sin embargo, otras funciones consideradas no prioritarias desaparecerán, marcando el fin de una agencia creada en 1961 por John F. Kennedy.
Este movimiento ha generado críticas entre exfuncionarios y legisladores demócratas, quienes advierten que el cierre podría debilitar la influencia de Estados Unidos en el mundo. Argumentan que la ayuda internacional ha sido clave para la diplomacia y la seguridad nacional durante décadas.
Por su parte, Rubio defendió la decisión, asegurando que la reestructuración priorizará los intereses de los ciudadanos estadounidenses. La transición, que incluye la eliminación de miles de puestos de trabajo, ya está en marcha y promete redefinir la política exterior del país en los próximos meses.