Este miércoles, un ducto de gas de Pemex sufrió una fractura entre las comunidades de Benito Juárez y Ursulo Galván, en el norte de Veracruz, desatando el caos en la zona. Vecinos alertaron sobre un estruendo ensordecedor y un olor a gas que invadió sus hogares, mientras las autoridades se apresuraron a calmar los ánimos diciendo que “solo fue una rotura”.
Protección Civil de Coatzintla informó que el incidente ocurrió en un campo aislado, sin viviendas cerca, pero el fuerte olor a gas se extendió a comunidades aledañas, generando temor entre los habitantes. Según su reporte, el ducto cedió por el desgaste natural, liberando una densa nube de vapor que puso en alerta a todos.
Las autoridades locales insistieron en que no hay riesgo mayor, afirmando que el ruido fue lo que asustó a la población. Personal de Pemex y el Comité de la Subagencia Municipal revisaron el lugar y aseguraron a los vecinos que podían seguir con su rutina sin problema, aunque el hedor persistía.
Medios locales señalaron que las tuberías de Pemex, viejas y deterioradas, no resistieron la presión del gas, evidenciando una vez más la falta de mantenimiento. Mientras tanto, un equipo especializado trabaja en la reparación y otro en sanear el área, todo bajo la mirada de la Secretaría de la Defensa.
Este no es un caso aislado: en noviembre pasado, un incendio en la refinería Lázaro Cárdenas de Minatitlán mostró las fallas recurrentes en las instalaciones de Pemex. La pregunta que queda en el aire es cuánto tiempo más seguirán estos incidentes sin que se tomen medidas serias.