Una nueva muestra de la violencia descontrolada en México se vivió este miércoles en Veracruz, donde dos policías de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) fueron brutalmente asesinados en una emboscada. El ataque ocurrió en la autopista que conecta Vega de Alatorre con Emilio Carranza, un tramo que se ha convertido en escenario de la inseguridad que azota al país.
Los agentes, quienes estaban en su día de descanso y viajaban en una camioneta particular, fueron sorprendidos por un grupo armado. Los agresores dispararon sin piedad, dejando un saldo de dos oficiales muertos y otro gravemente herido. La camioneta, que transportaba materiales de construcción, quedó fuera de la carretera tras el impacto del ataque.
La escena del crimen reflejó la crudeza de la situación: cuerpos sin vida, un vehículo destrozado y un policía luchando por sobrevivir. Las autoridades desplegaron un operativo con elementos de la Guardia Nacional y la Fiscalía, pero hasta ahora no hay detenidos, lo que evidencia la falta de control sobre los grupos criminales en la región.
Este incidente no es aislado. En lo que va del año, Veracruz suma varios ataques contra policías, mientras la violencia sigue escalando sin que el gobierno federal o estatal logre frenarla. La carretera Cardel-Nautla, donde ocurrió el atentado, fue cerrada temporalmente, dejando a la población en medio del caos y el miedo.
La organización Causa en Común reporta que, solo en los primeros tres meses de 2025, cuatro policías habían sido asesinados en el estado. Con este nuevo caso, la cifra crece y pone en duda las promesas de seguridad de las autoridades. La pregunta sigue en el aire: ¿hasta cuándo seguirá esta ola de sangre sin respuesta efectiva?