Por segunda vez, la Cámara de Diputados ha decidido aplazar la discusión de las leyes secundarias en materia de seguridad e inteligencia, propuestas por la presidenta Claudia Sheinbaum, dejando en el aire medidas que prometían ser clave para combatir la creciente ola de violencia en el país.
El coordinador de Morena, Ricardo Monreal, salió a dar la cara en redes sociales, justificando este nuevo retraso con la excusa de buscar “mayor consenso”. Sin embargo, esto solo alimenta las dudas sobre la capacidad del gobierno federal para enfrentar la crisis de inseguridad que azota a México.
Estas leyes, que incluyen la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública y la Ley del Sistema Nacional de Investigación e Inteligencia, permitirían a la Secretaría de Seguridad acceder a datos biométricos y crear un padrón de usuarios de telefonía celular, medidas que suenan más a control que a soluciones reales.
La violencia no espera, y mientras los diputados se enredan en sus negociaciones, el país sigue sumido en una espiral de crímenes sin freno. La promesa de Sheinbaum de priorizar la seguridad parece desvanecerse ante la inacción de sus propios legisladores.
Monreal insiste en que buscan una aprobación por “gran mayoría”, pero este retraso solo evidencia la falta de rumbo y la tibieza de un gobierno que no logra pasar de las palabras a los hechos en un tema tan urgente como la seguridad pública.