La Casa Blanca está bajo fuego tras revelarse que funcionarios de alto nivel están furiosos por la respuesta del equipo de Seguridad Nacional a la filtración de planes militares secretos. Según un nuevo informe, la difusión de mensajes sobre ataques aéreos en Yemen, compartidos por error en un chat, ha desatado una tormenta interna en Washington.
El incidente ocurrió cuando el asesor de Seguridad Nacional, Mike Waltz, incluyó accidentalmente a un periodista en un grupo de mensajería donde se detallaban operaciones contra los hutíes. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, envió datos específicos de los ataques antes de que sucedieran, lo que expuso información sensible y provocó una reacción inmediata.
Funcionarios de la Casa Blanca, según The Atlantic, están indignados por lo que consideran una falla grave de seguridad. La publicación de los mensajes, que incluían horarios exactos de despegue de aviones y reportes en tiempo real, ha puesto en duda la capacidad del equipo de Trump para manejar información clasificada.
Donald Trump intentó minimizar el escándalo, afirmando que el ataque fue un éxito y que no se comprometió nada crucial. Sin embargo, el vicepresidente JD Vance y Hegseth han defendido los mensajes como vagos, mientras crecen las críticas de legisladores demócratas que exigen respuestas claras.
La tensión se agrava con las acusaciones de falta de transparencia. Algunos funcionarios esperaban un control más estricto sobre la difusión, pero la decisión de publicar los intercambios ha intensificado el malestar interno y las dudas sobre la gestión de seguridad en la administración.
Este episodio pone a prueba la cohesión del equipo de Seguridad Nacional, que enfrenta ahora un escrutinio público y político. La Casa Blanca, por su parte, se mantiene en silencio oficial, dejando que las declaraciones de Trump y sus aliados intenten calmar las aguas en medio de la controversia.