La senadora de Morena, Andrea Chávez, está en el ojo del huracán por su millonaria promoción en Chihuahua, donde aspira a la gubernatura en 2027. Unidades médicas móviles, decoradas con su imagen, recorren Ciudad Juárez ofreciendo consultas gratuitas, pero detrás de esta aparente obra altruista hay un oscuro entramado.
Estas caravanas, que cuestan unos 10 millones de pesos al mes, son operadas por FMedical, empresa de Fernando Padilla Farfán, un contratista cercano a Adán Augusto López, coordinador de Morena en el Senado. Este empresario ha sido beneficiado con jugosos contratos en gobiernos afines a López Hernández.
En Chiapas, bajo el mando de Rutilio Escandón, cuñado de Adán Augusto, FMedical recibió tres contratos entre 2021 y 2023 por rentas de camiones y una mega farmacia, sumando más de mil millones de pesos. En Tabasco, donde López fue gobernador, también se le otorgaron contratos millonarios.
La conexión es clara: mientras Adán Augusto asegura contratos para su amigo Padilla Farfán, este financia la campaña anticipada de Chávez. Uno de los camiones en Chihuahua incluso tiene placas de Chiapas, evidenciando el trasiego de recursos.
Andrea Chávez admitió conocer a Padilla, llamándolo “gran amigo” y justificando su apoyo como una ayuda a la salud de los chihuahuenses. Sin embargo, no explicó cómo se financian estas caravanas ni por qué su imagen política está tan presente en ellas.
Este caso destapa el tráfico de influencias y el uso de dinero público para ambiciones personales en Morena. Los contratos en Chiapas y Tabasco, entregados sin licitaciones transparentes, parecen ser la fuente de esta ostentosa promoción disfrazada de beneficencia.