Un caso que ha estremecido a México da un giro inesperado: José Luis Villalón Torres, alias “El Marino”, fue capturado en Canadá. Este sujeto está acusado de ser el responsable del brutal asesinato de un adolescente de 16 años en Lázaro Cárdenas, Michoacán, un crimen que ocurrió en junio de 2023 y que sigue dejando heridas abiertas.
El 5 de junio de ese año, el joven estaba afuera de su casa, dentro de una camioneta, cuando fue atacado a balazos. Dos encapuchados en una motocicleta dispararon sin piedad: tres tiros, dos en la cabeza y uno en el pecho, acabaron con su vida. A pesar de los esfuerzos por salvarlo, falleció horas después en un hospital.
La captura de “El Marino” se logró gracias a una operación conjunta entre la Fiscalía de Michoacán, Interpol y autoridades internacionales. Tras meses de búsqueda, este hombre, quien se ostentaba como exmilitar y exmarino sin pruebas, enfrentará ahora un proceso de extradición para responder por sus actos en México.
Este caso expone, una vez más, la violencia descontrolada que azota el país. La madre del menor, Issis Nínive Ortiz, había ofrecido 500 mil pesos por información sobre el paradero del homicida, mientras la Fiscalía apenas puso 100 mil. La detención llega casi dos años después, en un contexto donde la justicia parece llegar tarde.
Villalón Torres no solo está ligado a este asesinato. También se le investiga por nexos con el crimen organizado, enriquecimiento ilícito y hasta un intento de atentado con explosivos contra su exjefa, la madre de la víctima. Su historial pinta un cuadro sombrío de impunidad y peligro.
La pregunta sigue en el aire: ¿cuántos casos como este quedan sin resolver? Mientras las autoridades celebran la captura, la realidad en Michoacán y en todo México sigue siendo una lucha diaria contra la inseguridad que no da tregua. La extradición será el próximo paso, pero el daño ya está hecho.