La vicecoordinadora de Morena en la Cámara de Diputados, Gabriela Jiménez, ha dado un giro inesperado al caso de Cuauhtémoc Blanco al anunciar que votará en contra de desechar su desafuero. Este movimiento sacude las entrañas del partido oficialista y pone en jaque la protección que algunos intentaban tejer alrededor del exfutbolista.
Jiménez, con un tono firme, llamó a sus compañeros legisladores a reflexionar sobre su decisión, argumentando que este es un momento clave para demostrar congruencia con las víctimas. Criticó que el fuero se use como escudo para evadir la justicia, dejando claro que no está dispuesta a ser cómplice de un encubrimiento dentro de Morena.
El caso de Blanco, acusado de intento de violación por su media hermana, ha generado división. Mientras la Sección Instructora desechó la solicitud el pasado 20 de marzo por supuestas fallas en la investigación, la vicecoordinadora insiste en que las víctimas merecen ser escuchadas y que el proceso debe seguir adelante.
Esta postura choca con la línea de algunos morenistas que parecían listos para cerrar filas en torno a Blanco. Ahora, el pleno de la Cámara de Diputados tendrá que decidir si el exgobernador de Morelos enfrenta o no las acusaciones, en medio de un escándalo que expone las fracturas internas del partido.
Gabriela Jiménez defendió su posición con un mensaje contundente: la justicia no puede ser negociable. Su voto, dijo, será un rechazo rotundo a que el desafuero se archive, avivando el debate sobre hasta dónde llega la lealtad en Morena cuando uno de los suyos está en la mira.