Gerardo Fernández Noroña, presidente del Senado y figura clave de Morena, ha desatado una nueva polémica al asegurar que el caso del rancho Izaguirre en Teuchitlán, Jalisco, es un montaje que se derrumbó. En una transmisión en vivo desde sus redes sociales, el morenista celebró que la narrativa de un supuesto “campo de exterminio” no tiene sustento, según él.
Con un tono desafiante, Noroña insistió en que la oposición y los medios inflaron el caso para atacar al gobierno de Claudia Sheinbaum. Afirmó que, tras permitirse el acceso al rancho, no se encontraron pruebas contundentes de crematorios clandestinos, a pesar de los hallazgos reportados por el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco.
El senador minimizó las evidencias documentadas, como restos óseos y cientos de pertenencias, sugiriendo que todo fue una campaña exagerada. “Pueden seguir buscando y buscando, ya se cayó la versión”, dijo, restando importancia a las denuncias de las madres buscadoras que han exigido respuestas.
Para Noroña, esto es obra de una “derecha perversa” que busca desprestigiar a Morena. Acusó a sus adversarios de fabricar un escándalo sin fundamento, mientras las investigaciones oficiales aún no concluyen y las familias de desaparecidos siguen en la incertidumbre.
Este no es el primer comentario polémico del legislador sobre el tema. Días antes, ya había cuestionado que los zapatos hallados en el rancho pertenecieran a víctimas, generando indignación entre colectivos y ciudadanos que ven en sus palabras una falta de empatía.

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Se les cayó lo del rancho Izaguirre, quedó claro que no es un campo de exterminio, afirma Noroña
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