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Migrantes abandonan el sueño de llegar a EE.UU. y se sumen en la informalidad laboral en México

Miles de migrantes extranjeros han dejado de lado su plan de cruzar a Estados Unidos y ahora buscan sobrevivir en México, atrapados en trabajos informales que apenas les alcanzan para subsistir.
En Tapachula, una ciudad clave en la frontera sur, se les ve desempeñándose como vendedores ambulantes, meseros, albañiles e incluso trabajadores sexuales, según reportes recientes que pintan un panorama desolador.
La falta de acción del gobierno federal para regularizar su situación los empuja a estas condiciones precarias, mientras la burocracia de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) les cierra las puertas una y otra vez.
Un ejemplo es Alexander Barrera Serrano, un cubano que, tras dos años en México y negativas constantes de asilo, tuvo que improvisar un negocio de carpintería para mantenerse a flote.
Organizaciones como el Centro de Dignificación Humana denuncian que hasta 30 mil migrantes están subempleados, ganando solo 180 pesos al día en jornadas agotadoras, sin derechos ni protección.
Las nuevas políticas migratorias de Donald Trump, como las deportaciones masivas y el fin de la app CBP One, han convencido a muchos, como el venezolano Dilan Nieves, de que quedarse en México es su única opción viable.
Mientras tanto, el gobierno de Claudia Sheinbaum parece incapaz de ofrecer soluciones reales, dejando a estos migrantes en un limbo laboral y social que agrava la crisis en la frontera sur.

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