Dos policías municipales de Salamanca, Guanajuato, identificados como Óscar “N” y Ana Gabriela “N”, fueron detenidos en un operativo que destapa la podredumbre en las fuerzas de seguridad locales. La Fiscalía General del Estado ejecutó un cateo en un domicilio de Irapuato, donde encontraron cartuchos de uso exclusivo del Ejército y sustancias ilícitas.
El hallazgo pone en evidencia la infiltración del crimen en las instituciones que deberían proteger a la ciudadanía. Durante la intervención, las autoridades decomisaron equipo táctico y envoltorios con droga, dejando claro que estos elementos no solo traicionaron su deber, sino que podrían estar operando al margen de la ley.
Tras su captura, un juez calificó como legal la detención y los vinculó a proceso por posesión de municiones reservadas a las fuerzas armadas. La medida cautelar impuesta fue prisión preventiva, mientras el caso se traslada a la justicia federal para su resolución final.
La noticia sacude a Salamanca y refuerza la percepción de que la inseguridad no solo viene de fuera, sino que anida dentro de las propias corporaciones. Los ciudadanos se preguntan cuántos más estarán involucrados en estas redes que agravan la violencia en la región.