La violencia en México no da tregua. Este domingo 23 de marzo, los cuerpos desmembrados de un hombre y una mujer fueron abandonados en una calle del fraccionamiento Mozimba, en el puerto de Acapulco, Guerrero, dejando una escena escalofriante para los habitantes de la zona.
El reporte se dio a las 17:30 horas, cuando testigos vieron a sujetos armados llegar en un automóvil, arrojar los restos humanos a la vía pública, disparar al aire y huir sin que nadie los detuviera. La audacia de los criminales pone en evidencia la fragilidad de la seguridad en la región.
Elementos de la Secretaría de Marina, Guardia Nacional, Policía Investigadora Ministerial y Servicios Periciales acudieron al lugar, pero solo para confirmar lo obvio: otro episodio brutal que se suma a la interminable lista de crímenes en el país. Los cuerpos, aún sin identificar, fueron llevados al Servicio Médico Forense.
Guerrero vive una crisis de violencia que parece no tener fin. Las autoridades locales y federales brillan por su ausencia en resultados, mientras Acapulco, alguna vez un paraíso turístico, se hunde en el miedo y la sangre. Nadie ha sido detenido por este acto atroz.
La pregunta sigue en el aire: ¿hasta cuándo seguirá esta ola de terror sin que el gobierno tome medidas serias? Los ciudadanos, una vez más, quedan a merced de la delincuencia que opera con total impunidad.