El pasado 18 de marzo, Wall Street terminó la jornada en rojo, con un golpe notable para el sector tecnológico. El índice Dow Jones bajó un 0.62%, cerrando en 41,581 puntos, mientras que el Nasdaq, donde se concentran las empresas de tecnología, cayó un 1.71% hasta los 17,504 puntos. El S&P 500 también retrocedió, perdiendo un 1.06% y quedándose en 5,614 unidades.
Las empresas tecnológicas fueron las grandes perdedoras del día. Tesla, la compañía de autos eléctricos liderada por Elon Musk, sufrió una caída superior al 5% en sus acciones. Este desplome se atribuye a un ajuste en el precio de sus vehículos por parte de RBC Capital Market, reflejo de la feroz competencia en el sector y los daños a la imagen de Musk.
Nvidia, otro gigante tecnológico, no se quedó atrás y registró una baja del 3.43% en el valor de sus acciones. Palantir, por su parte, perdió casi un 4%, sumándose a la tendencia negativa que afectó al mercado. Estas caídas reflejan la incertidumbre que atraviesa el sector en medio de una jornada complicada.
El trasfondo de esta volatilidad tiene un fecha clave: el 2 de abril. Ese día entrarán en vigor aranceles del 25% impuestos por Estados Unidos a México y Canadá, una medida que podría intensificar las tensiones comerciales. Rhys Williams, de Wayve Capital, advirtió en CNBC que los mercados seguirán inestables hasta que se aclare este panorama.
Para Tesla, el golpe es aún más profundo. Sus acciones han perdido más del 36% en el último mes, un dato que subraya las dificultades que enfrenta la empresa en un entorno cada vez más competitivo y con la reputación de su fundador en el ojo del huracán.