Kirsty Coventry, una destacada nadadora de Zimbabue, ha marcado un hito al convertirse en la primera mujer presidenta del Comité Olímpico Internacional (COI). Su elección tuvo lugar el pasado jueves en Costa Navarino, Grecia, durante la 144ª sesión del organismo.
Con una carrera deportiva sobresaliente, Coventry brilló en la piscina como especialista en nado espalda. Participó en cinco Juegos Olímpicos, desde Sídney 2000 hasta Río 2016, y conquistó siete medallas: dos de oro, cuatro de plata y un bronce, todas entre 2004 y 2008, su etapa dorada.
Su ascenso al liderazgo del COI no es casualidad. Desde 2013, integró la Comisión de Atletas, representando a los deportistas, y en 2018 asumió su presidencia, entrando al Comité Ejecutivo. Ahí, bajo la tutela de Thomas Bach, mostró su capacidad para gestionar el deporte a gran escala.
Fuera de las piscinas, Coventry ha dejado huella como ministra de Deportes de Zimbabue desde 2018. Además, fundó la Kirsty Coventry Academy en Harare, un proyecto que promueve la natación en comunidades desfavorecidas de su país.
Ahora, como presidenta del COI, enfrenta retos cruciales. Desde cuestiones deportivas hasta dilemas políticos y sociales, su experiencia como atleta y gestora será clave para dirigir el Movimiento Olímpico en una nueva era.
Su elección rompe barreras: es la primera mujer y la primera persona africana en este cargo. A sus 41 años, Coventry simboliza un cambio histórico en el olimpismo, un legado que trasciende sus logros en el agua.

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Perfil: Kirsty Coventry, la nadadora que transformó la historia del olimpismo
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