El domingo, la plaza de San Pedro en el Vaticano se llenó de emoción cuando miles de fieles se reunieron para ver el saludo del papa Francisco, transmitido desde el hospital Gemelli antes de su alta médica tras 38 días internado por una grave infección respiratoria.
El pontífice, de 88 años, apareció en silla de ruedas desde una ventana del hospital, un momento que desató aplausos y gritos de “Viva el papa” entre la multitud, que llevaba banderas, rosarios y pancartas de apoyo antes de su regreso a la Casa Santa Marta.
Con una voz cansada pero agradecida, Francisco expresó un sencillo “Muchas gracias a todos” mientras su imagen se proyectaba en pantallas gigantes, emocionando a los presentes que seguían el evento desde la plaza, algunos incluso entre lágrimas.
Tras el rezo del Ángelus, el papa dejó el hospital para continuar su recuperación en el Vaticano, un hecho que muchos fieles calificaron como un milagro, especialmente en el marco del Jubileo de la Esperanza, un año clave para la Iglesia católica.
Paula, una española presente en el evento, destacó la lentitud del proceso de recuperación del papa, pero subrayó el deseo colectivo de verlo pronto de vuelta, acompañado por las oraciones de la comunidad católica mundial.
El regreso de Francisco resuena como un símbolo de fortaleza, en un momento en que su mensaje de esperanza cobra especial relevancia para los millones de peregrinos que se espera lleguen a Roma este año por la celebración religiosa.