Un juez de Coatepec ha puesto tras las rejas al exfiscal general de Veracruz, Jorge Winckler Ortiz, con una prisión preventiva de un año por su presunta implicación en un caso de tortura. La decisión se tomó en la medianoche del jueves, tras una audiencia que expuso detalles escalofriantes de su gestión.
Winckler, quien sirvió bajo el mandato del exgobernador panista Miguel Ángel Yunes Linares, enfrenta cargos por torturar a Gilberto Aguirre Garza, exfuncionario de la Fiscalía General del Estado. La Policía Ministerial lo detuvo cumpliendo una orden de aprehensión que lo señala como un peligro para la justicia en el proceso penal 115/2025.
Los hechos se remontan a abril de 2018, cuando Aguirre Garza fue arrestado por desaparición forzada y, según la Comisión Estatal de Derechos Humanos, sometido a torturas para incriminar a otro exfiscal, Luis Ángel Bravo Contreras. Diez días de tormento con música a todo volumen habrían sido el método para quebrarlo.
Aunque Winckler ya estaba en prisión por otros delitos, este nuevo caso reaviva el debate sobre la corrupción en el gobierno de Yunes Linares. Moderadamente crítico, el panorama sugiere que las irregularidades no eran un secreto, pero la justicia apenas comienza a desenredar la madeja.
El exgobernador Javier Duarte, desde su celda, no perdió la oportunidad de señalar a Winckler y a Yunes, dejando caer la pregunta: ¿actuó solo o bajo órdenes? Mientras tanto, el juez de Pacho Viejo dictaminó que Winckler permanezca encerrado, un capítulo más en la turbia historia política de Veracruz.