La noche del 21 de marzo, autoridades federales capturaron en la alcaldía Cuajimalpa, Ciudad de México, a José Gregorio “N”, alias “Lastra”, identificado como un supuesto líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) dedicado al reclutamiento y adiestramiento de personas.
Omar García Harfuch, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, anunció la detención tras meses de investigaciones que rastrearon los movimientos de “Lastra” desde Jalisco hasta la capital, donde fue sorprendido junto a una mujer señalada como su cómplice.
Según reportes, este sujeto era clave en la captación de jóvenes, muchos de ellos engañados con falsas promesas de empleo o secuestrados, para integrarlos a las filas del CJNG, una de las organizaciones criminales más violentas del país.
La detención ocurre en medio de una creciente ola de violencia que sacude a México, mientras el gobierno federal parece incapaz de frenar el poder de los cárteles, dejando a la población a merced de la inseguridad que no da tregua.
Extraoficialmente, se le vincula con el rancho Izaguirre en Teuchitlán, Jalisco, un sitio que ha sido señalado como campo de adiestramiento y posible centro de exterminio, lo que agrava las críticas por la falta de acción contundente contra el crimen organizado.
Junto a “Lastra” fue arrestada Abril “N”, de 43 años, quien presuntamente se encargaba de reclutar mujeres para el cártel, evidenciando cómo estas redes operan sin control en distintos puntos del territorio nacional.
Las autoridades prometieron más detalles el lunes, pero la captura de este operador no oculta el panorama desolador: la violencia sigue escalando y las estrategias oficiales no logran contener la amenaza que representan grupos como el CJNG.