Tras tres días de caos en el corazón de la Ciudad de México, los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) finalmente levantaron su plantón en el Zócalo este 21 de marzo, pero no sin lanzar una amenaza al gobierno de Claudia Sheinbaum: un paro indefinido está sobre la mesa si no se atienden sus exigencias.
El magisterio, que paralizó la capital con marchas y bloqueos, exigía la derogación total de la reforma a la Ley del ISSSTE de 2007, una promesa que Sheinbaum intentó calmar retirando su propia iniciativa de reforma. Sin embargo, este gesto no fue suficiente para los docentes, quienes acusan al gobierno federal de darles migajas mientras sus demandas de fondo quedan en el aire.
Yenny Araceli Pérez, líder de la Sección 22 de Oaxaca, no se anduvo con rodeos: el plantón puede volver en cualquier momento si no hay diálogo directo con la Presidencia. Los maestros regresan a sus estados, pero aseguran que será para organizarse y volver con más fuerza, dejando claro que no cederán en su lucha por pensiones dignas.
Mientras el Zócalo recupera su calma aparente, la advertencia resuena: el gobierno de Morena enfrenta un polvorín que podría estallar de nuevo. La pelota está en la cancha de Sheinbaum, quien hasta ahora solo ha ofrecido palabras y austeridad como respuesta a un magisterio dispuesto a todo.