El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reafirmó su plan de imponer aranceles recíprocos a partir del 2 de abril, dejando claro que no habrá excepciones. Sin embargo, abrió la puerta a cierta flexibilidad en su aplicación, un giro que genera expectativa en el ámbito internacional.
Durante un evento en el Despacho Oval, donde anunció que Boeing fabricará el nuevo avión de combate F-47, Trump explicó que los aranceles serán un reflejo de lo que otros países impongan a Estados Unidos. “Flexibilidad es una palabra importante. Habrá flexibilidad, pero básicamente es recíproco”, afirmó con firmeza.
El mandatario insistió en que este enfoque es justo, aunque no detalló porcentajes específicos. “Imponemos lo que nos impongan. Haremos lo que nos hagan”, señaló, subrayando que no contempla excepciones: si se aplica a un país, se aplicará a todos.
Desde su regreso a la Casa Blanca el 20 de enero, Trump ha defendido esta estrategia como una forma de corregir déficits comerciales que considera desiguales. Además, busca presionar a México, Canadá y China para frenar el flujo de fentanilo hacia Estados Unidos.
En un tono más contundente, llamó al 2 de abril el “Día de la Liberación de Estados Unidos”, argumentando que el país ha sido estafado por amigos y enemigos en comercio y temas militares. “Esa injusticia termina ahora”, concluyó, prometiendo que los aranceles traerán beneficios económicos.