El peso mexicano cerró este jueves en 20.14 unidades por dólar, marcando un retroceso del 0.37% frente al día anterior, según datos oficiales del Banco de México. Este debilitamiento se dio en un contexto de incertidumbre económica global, impulsada principalmente por las renovadas tensiones sobre los aranceles que Estados Unidos podría imponer a productos mexicanos.
La jornada estuvo marcada por un fortalecimiento generalizado del dólar, que se vio favorecido por las declaraciones de la Reserva Federal. El banco central estadounidense mantuvo sus tasas de interés sin cambios, pero advirtió sobre un panorama económico más incierto, con previsiones de menor crecimiento y una inflación al alza, lo que inquietó a los mercados.
Analistas señalan que las políticas arancelarias del presidente Donald Trump siguen siendo un factor clave de presión para el peso. Aunque aún no hay medidas concretas, la posibilidad de nuevos gravámenes a las exportaciones mexicanas genera nerviosismo entre inversionistas, dado que Estados Unidos es el principal destino de los productos nacionales.
El tipo de cambio osciló durante el día entre un máximo de 20.27 y un mínimo de 20.02 pesos por dólar. Este comportamiento refleja la sensibilidad de la moneda ante los vaivenes externos, especialmente tras los comentarios de la Fed y las advertencias de Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, sobre los riesgos de una guerra comercial.
A pesar de este tropiezo, el peso había mostrado cierta estabilidad en días recientes, cotizando por debajo de los 20 por dólar. Sin embargo, la amenaza de aranceles y el fortalecimiento del dólar podrían mantener la volatilidad en los próximos días, según expertos del sector financiero.
En el mercado de deuda, los bonos mexicanos también reflejaron cautela, con una caída en los rendimientos a 10 y 20 años, lo que indica una búsqueda de activos más seguros por parte de los inversionistas. Mientras tanto, los ojos están puestos en las próximas decisiones de política monetaria del Banco de México.