La familia de Enrique “Kiki” Camarena, un agente de la DEA secuestrado y asesinado en México en los años 80, ha iniciado una batalla legal en Estados Unidos contra el Cártel de Sinaloa y tres conocidos narcotraficantes mexicanos, incluyendo a Rafael Caro Quintero.
Según la demanda presentada ante una corte federal en San Diego, California, los familiares buscan una compensación económica por los daños causados por lo que califican como actos de terrorismo, relacionados con el brutal asesinato del agente en 1985.
Camarena fue secuestrado en Guadalajara el 7 de febrero de 1985 y, de acuerdo con los documentos judiciales, fue sometido a torturas extremas durante más de 30 horas antes de ser asesinado, un crimen que marcó las relaciones entre Estados Unidos y México.
La querella también señala a Ernesto Fonseca Carrillo y Miguel Ángel Félix Gallardo como responsables, junto con miembros del Cártel de Sinaloa, incluyendo a Iván Archivaldo Guzmán Salazar, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, y sus hermanos Ovidio y Joaquín Guzmán López.
Esta acción legal se basa en la designación del Cártel de Sinaloa como organización terrorista extranjera por parte del gobierno de Donald Trump, lo que permitió la extradición de Caro Quintero en 2024, acusado directamente por la muerte de Camarena.
Los familiares argumentan que el crimen no solo acabó con la vida del agente, sino que dejó un impacto profundo en ellos como ciudadanos estadounidenses, exigiendo justicia por lo que consideran un acto de terrorismo internacional.

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Familia del agente asesinado Kiki Camarena demanda al Cártel de Sinaloa y tres capos
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