El gobierno de Estados Unidos anunció sanciones contra la expresidenta argentina Cristina Fernández y su exministro de Planificación, Julio De Vido, por su implicación en actos de corrupción durante sus gestiones. La medida, impulsada por la administración de Donald Trump, fue dada a conocer el 21 de marzo de 2025.
Según el secretario de Estado, Marco Rubio, ambos exfuncionarios están acusados de orquestar esquemas de sobornos relacionados con contratos de obras públicas. Estas acciones habrían resultado en el desvío de millones de dólares del erario argentino, afectando gravemente las finanzas públicas del país.
Las sanciones implican la prohibición de ingreso a territorio estadounidense para Fernández, De Vido y sus familiares directos. Rubio destacó que estas medidas buscan reafirmar el compromiso de EE.UU. con la lucha global contra la corrupción, especialmente en altos niveles gubernamentales.
Ambos políticos han sido condenados por tribunales argentinos en casos previos. Fernández enfrenta una pena de seis años de prisión por el caso Vialidad, mientras que De Vido acumula sentencias por administración fraudulenta, incluyendo el trágico accidente ferroviario de Once en 2012.
La decisión de Washington se enmarca en una política exterior que prioriza la rendición de cuentas de líderes corruptos. Este veto marca un precedente, siendo la primera vez que un expresidente argentino recibe una sanción de este tipo por parte de Estados Unidos.